Hoy entrevistamos a Consuelo Femenía, Licenciada en Derecho por la Universidad de Valencia.  Ingresó en la carrera diplomática en 1992. Desde entonces ha realizado destinos en Moscú, Managua, La Haya y Riga.  Es la Subdirectora General de Asuntos Culturales y Científicos del Ministerio de Asuntos Exteriores y Directora de Cooperación con América Latina de la AECID y Embajadora de España en Letonia.

En la actualizad es asesora para la Diplomacia Digital y los Planes de Comunicación en la Oficina de Información Diplomática del Ministerio de Asuntos Exteriores.

diplomacia digital

Fuente: Ministerio de Exteriores

¿De qué modo la identidad digital está cambiando la forma en la que los diplomáticos se relacionan con sus ciudadanos?

Estamos al principio de la transformación digital y descubriendo  todo un abanico de impactos para la diplomacia.  Las primeras transformaciones han tenido que ver con la forma de comunicar,  pero la revolución tecnológica extiende su impacto a otros ámbitos de la  tarea de Exteriores. La digitalización de la diplomacia no ha hecho más que nacer y ya está cambiando.

La comunicación diplomática está siendo la primera en adaptarse: las redes sociales permiten comunicar el trabajo consular y diplomático más ampliamente. Son muy eficaces para transmitir información a grandes colectividades de manera instantánea, y deben usarse en emergencias consulares para dar a conocer de inmediato la información más útil en cada momento. Pero también hay una necesidad de mostrar el trabajo diario que realizan las oficinas en el exterior: desde la  visibilidad de nuestros proyectos de cooperación al desarrollo, a la diplomacia multilateral, pasando por la explicación de nuestras relaciones bilaterales con otros países, la ciudadanía se interesa por la marcha de los proyectos, negociaciones y acontecimientos. El reto es saber explicar esa actividad diaria que hasta hace no mucho era muy discreta.

consuelo¿Por qué la sensibilización del cuerpo diplomático con los nuevos códigos de comunicación que se manejan en Internet se ha convertido en una prioridad para el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación?

Cuando se piensa en el avance de Internet a nivel mundial, o en que las generaciones más jóvenes utilizan ampliamente sus dispositivos móviles y se informan y opinan a través de las redes sociales,  vemos que no hay alternativa.

La llamada diplomacia digital es la necesidad que tienen los Ministerios de Asuntos Exteriores de cerrar la brecha con los nativos digitales. Además  supone una oportunidad extraordinaria para llegar a todos los rincones del planeta, una oportunidad  – y  casi una obligación-  para quienes trabajamos en la defensa de los intereses del país y de sus ciudadanos.

¿Qué red social te resulta más interesante y por qué motivo?

Twitter es la red más interesante para los diplomáticos en estos momentos, y todavía es la que más me gusta: sabemos, por ejemplo, que para las emergencias y para tomar contacto con los creadores de opinión es una de las más eficaces. Instagram es un un espacio muy creativo y novedoso para los diplomáticos y los cónsules, me gusta también porque es un poco más distendido. Para otras actividades consulares o culturales parece que Facebook es la plataforma que mejor permite la comunicación y el diálogo.

Nos encantaría que compartieras con nosotros una iniciativa concreta en materia de diplomacia digital de la que tu equipo y tú os sintáis especialmente orgullosos.

Optamos por un modelo de conjunto en el que, todos a la vez, los diplomáticos entraran en contacto con las redes sociales. No ha sido fácil puesto que hubo que trabajar con equipos humanos descentralizados y con un grado de sensibilización muy diferente. Ha sido más complejo que simplemente cambiar la mentalidad de un departamento cuyo personal se encuentra concentrado en un mismo lugar.

En lugar de apoyar la existencia  de un puñado de “embajadores estrella” en redes sociales – esquema muy vistoso pero sometido a vaivenes- , hicimos formación para amplios grupos y diseñamos un despliegue equilibrado,  estable  y generalizado que requiere atención y estímulo constantes.

Más allá de la formación en competencias digitales, ¿cuáles crees que son los siguientes pasos a seguir para transformar digitalmente el ejercicio de la diplomacia?

Me preocupan especialmente los impactos de la digitalización en los derechos y libertades de la persona: la intromisión en la privacidad, el derecho al olvido,  o monitorización de las actividades personales para fines políticos o de marketing, abren todo un espectro de problemas que habrá que resolver a nivel supranacional.

También me interesa cómo la información y la comunicación pueden cambiar la estructura de poder internacional o propiciar cambios de régimen. El desarrollo del continente africano, por ejemplo,  no se logrará sin conectividad digital. Es una infraestructura básica para el desarrollo.

Por último, como proveedores de servicios, los consulados y embajadas tendrán que ir adoptando soluciones de  administración electrónica para facilitar los trámites de los ciudadanos y acercarles la oficina a casa.