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“El apego a lo digital y en este sentido a las redes sociales, obedece a una necesidad de ser escuchado y ser tomado en cuenta…” Xochitl Quintero, psicoanalista de la Universidad de Londres.

Hace un par de años que te mudaste de casa de tus padres y los únicos días que los ves son en los desayunos o comidas que se organizan los fines de semana, y los ves si y sólo si no tiene pila tu celular o lo olvidaste en casa, porque admitámoslo quién va a tener tu atención cuando está el minuto a minuto de la final de algún torneo de fútbol, las recientes noticias detalle del viaje increíble de tu amiga, o estas experimentando con tu nueva app y claro quieres compartir todo lo que sucede en tus redes sociales y aunque a ti no te haya pasado, en algún momento de la vida te aseguro que has visto este cuadro.

Quizá te estarás preguntando, ¿si este a apego obedece a una necesidad de ser escuchado y ser tomado en cuenta porqué se aísla en lo digital en vez de acercarse al mundo de lo tangible?

Xochitl: Partimos de dos cuestiones la adicción del internet y los trastornos de conducta. Con el advenimiento de las tecnologías de la información y la comunicación y su inserción en la sociedad, las formas de comunicación han tenido un cambio los últimos 13 años en prácticamente todo el mundo.

Hablar de redes sociales implica la comprensión de su significado, una red social es una estructura compuesta por un conjunto de actores, que están vinculados por lazos interpersonales, que se pueden interpretar como relaciones de amistad, parentesco o intereses comunes. Son esquemas que permiten a los individuos atender un punto de interés común para compartir contenidos en diversos formatos de comunicación y establecer relaciones interpersonales.

La importancia de las redes sociales en internet radica en la facilidad que se tiene para suscribirse a ellas, la rapidez para el envío y recepción de información, el resguardo y distribución de la narrativa que se expresa, la adición y multiplicación de contactos, la versatilidad de temas a atender prácticamente al mismo tiempo, la forma expedita de allegarse nuevas relaciones e, incluso, para desapegarse de ellas.

El mundo va cambiando y con la popularización de las redes sociales en internet se ha identificado una diversidad de nuevas conductas en las sociedades y sus individuos. En el campo de la salud, se habla de un nuevo género de «adicciones» como al internet o a las redes sociales, temas que en la psiquiatría y la psicología aún estudian. La repercusión de las apreciaciones interpretadas como conductas atípicas por el uso de los recursos en Internet promovió que durante el 2012 se analizara la pertinencia o no, de considerar a éstas dentro de la clasificación de la quinta edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5), ha sido evidente cada vez más una variedad de conductas que anteriormente no se observaban en las personas, precisamente porque no existían los recursos que hoy ofrece Internet.

Daniela: Mencionas que el uso excesivo/adicción del internet refiere a un “trastorno de conducta”, ¿siempre es malo, es decir, dejamos de ser funcionales o qué pasa?

X: Los trastornos de conducta se pueden presentar en diferentes magnitudes, los trastornos de mayor interés son los calificados como «graves”, patrones de comportamiento que persisten a lo largo del tiempo que afectan a los derechos de los otros y violentan las normas apropiadas para la edad de la persona y que llegan a ser vistos con frecuencia como inmanejables o incontrolables, según Alan Kazdin en su libro “Conducta antisocial”.

Ahora, debemos dejar clara una cosa, tomemos en cuenta que el término «adicción» se suscribe a un contexto del uso de elementos químicos, invasivos para el organismo. De ahí que agentes como el alcohol, el tabaco u otras sustancias, consumidas en abuso, sí se consideran como parte de las adicciones. En contraparte, se consideran como adicciones no químicas, más bien «adicciones psicológicas” a conductas como el juego, la comida, el sexo, el trabajo o las compras, practicadas de manera atípica. En este caso, se interpretaban dentro de los «Trastornos de los hábitos y del control de los impulsos”.

D: ¿De verdad hay una adicción a las redes sociales?

X: La «adicción a Internet» no es tal, tampoco lo será a las redes sociales sino a acciones específicas del entorno y a los contenidos que suministra dicho entorno.

D: Entonces, ¿Cuál es el motivo de que la gente estemos inmersas en nuestros gadgets actualizando a cada rato nuestras redes sociales?

X: Regularmente, las conductas atípicas vienen acompañadas o surgen cuando el individuo sufre (consciente o inconscientemente) de problemas consigo mismo, situación que favorece la incursión hacia problemas con los demás y que, desgraciadamente, aumentan la desadaptación personal. Súmese a lo anterior el hecho de que los padres pueden ser demasiado permisivos o dominantes y de ello resulte que el muchacho interprete que no es comprendido, escuchado o amado. En otros casos, el uso de las redes sociales en internet es un paliativo para satisfacer la necesidad de pertenencia de grupos.

¿Ustedes qué dicen? Queda abierto el tema pues hay mucho aún que investigar. Ojo, no todo tiene que ser negro o blanco todos los casos tienen matices y si de pronto te pasas un poquito más viendo tus redes sociales o navegando por la web no es porque tengas un trastorno de conducta, ¿o sí?

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